Xerox.

mao recortado

No sirve de nada vestirnos de gente grande y procurar el aplauso de millones. No sirve usar nuestra más fiera voz y regalar abundantes cosas para que nos amen. No basta ser salvador, guerrero y rugir con los brazos abiertos. El hombre de grandes gestos es un hombre sin rostro propio, como aquel fantasma de Chihiro, en la película  de Miyazaki. Necesita de espejos públicos, edificios, proezas, verbi-elocuencias para saber que existe. Porque no sabe oírse.

Los que le siguen no dependen de sus propios méritos, sino del aura de fascinación que desprenden su verbo y regalos.

El hombre grande tiene una máscara y, detrás, no hay nada. Se mimetiza en lo que el aplauso quiere y por eso necesita esa máscara, para no verse más nunca en verdad.

Es sagaz para no avanzar. Anda a toda a prisa al mismo sitio de donde partió. Genera un amor que mueve todo pero no hace que las cosas se transformen realmente.

Jung decía que somos sicóticos porque perdimos la capacidad de transformarnos en otra cosa.

Por ello, la esquizofrenia no es cuando cambiamos nuestra identidad por una diferente, sino cuando nos transformamos en algo que nos aliena.

Es cierto: Los warao tocan melodías con sus flautas que son, ellas mismas, jebus, espíritus. Los yanomami se convierten en tigres cuando los representan, no son actores. Los cabalistas ascendieron por las escaleras de los ángeles del cielo, no se lo imaginaron.  Los jíbaros –los ashuar– son hermanos de sangre de los animales que les escogieron en la selva. Los primeros abuelos cazadores debieron convertirse en animales tan audaces y feroces como sus contrincantes y, quizás por ello estamos nosotros aquí.

No eran esquizofrénicos. Eran ángeles valientes que no necesitaban del aplauso para saber el camino. Eran héroes verdaderos, sin espectáculo.

Nuestros ancestros fueron santos, a su modo. No era su oficio, era verdad. No usaban la ropa de otros guerreros ni imitaban sus acentos. Habitaban realmente el sentido de la grandeza, aquí y ahora.

No eran gente Xerox, de esos con poco tonner.